sábado, 21 de enero de 2017

Antisalmo de los falsos poetas

Francisco Pino, in memoriam
1 Todos los días me encuentro con algún falso poeta.
   A veces, dos o tres. Hay días que se ponen cuesta arriba.

2 Los falsos poetas llevan un perro enorme sin bozal.
   No limpian sus excrementos. Les dejan mear en los troncos de los árboles.

3 Ese perro es su ego.
   Los falsos poetas le alimentan de impotencia, de envidia y de rencor.

4 Pero hay días peores. Quizá en algún café nos asalten en grupo:
   lo llaman recitales/micro abierto. ¡En guardia! ¡Huyamos mientras se acicalan 
                                                                                                                       [la voz!

5 O, en soledad, quizá se precipiten desde los acantilados de nuestra biblioteca:
   esas antologías donde escasea la grandeza y brilla el sol opaco de la ineptitud.

6 Los falsos poetas nos envían, encima, sus libros dedicados
   con pomposas palabras. Pero esas palabras sólo hablan de sí mismos.

7 Les escupo el silencio. No les tengo compasión:
   que se mueran, o quizás algo peor: ¡que triunfen!

8 Porque también hay días faustos y benditos: hoy he descubierto a un gran poeta,
   pero él ni siquiera sabe que lo es.

9 La luna está arriba.
   Debajo.


Eduardo Fraile

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